Los
inicios de la enseñanza fueron desarrollándose en el siglo XVI mediante la
escritura, lectura, algunos rasgos en matemáticas y el aprendizaje de otras
capacidades, siendo la formación religiosa la que predomine en todas ellas. Y
así con el paso del tiempo la enseñanza fue avanzando en la sociedad.
La
educación tiene como finalidad que los alumnos aprendan y que no memoricen
porque así se les olvida fácilmente y no lo asumen.
Cuando el temario es conceptual no tiene práctica, los alumnos lo memorizan
para pasar la prueba, es decir, lo asumen durante un período corto de tiempo.
Así no les sirve de nada, ya que no lo podrán aplicar en las diversas
situaciones que les pueda ocurrir a lo largo de la vida y deberían saber
transmitir aquello aprendido. Además, dependiendo del país y de las religiones
que haya en él, le dan más importancia a la teoría que a la práctica. Algunos
países como Argentina e Italia, las pruebas más importantes se realizan
oralmente para ver qué has aprendido y cómo lo has aprendido. Cabe decir que
para nosotros la práctica es esencial, pero que no hay práctica sin teoría y
que la teoría sin saber aplicarla no sirve para nada.
Al principio, las competencias solo se utilizaban en ámbitos económicos, pero al poco tiempo empezaron en el sistema escolar y ya están en las universidades. En la escuela, solo enseñan aquellas competencias necesarias para la formación en la universidad. En cambio, los que deciden ir por el camino laboral o formación profesional, la mayoría de estas competencias no les serán de gran utilidad. Actualmente, hay un sistema de enseñanza tradicional que se intenta modificar para que la tecnología también intervenga en ella. Hay un sistema escolar de carácter propedeútico, el aprendizaje solo tiene sentido por el currículum y en función a las etapas; y de carácter selectivo, los que mejores notas sacan son los que pueden elegir varios caminos y los que pueden acceder a la universidad, pero si suspendes solo tienes un camino. También, quieren sustituir la función propedeútica por la función orientadora, es decir, en vez de haber selección de los “mejores” , formar alumnos para el desarrollo de la vida diaria y que puedan ejercer de forma eficaz su profesión en diferentes niveles.
El sistema de aprendizaje se divide por etapas y cada etapa enseña unos conocimientos básicos para poder acceder y afrontar a una etapa superior. Por añadidura, decir que tanto el sistema de calificación como los requisitos de evaluación han ido mejorando a lo largo del tiempo.
Al principio, las competencias solo se utilizaban en ámbitos económicos, pero al poco tiempo empezaron en el sistema escolar y ya están en las universidades. En la escuela, solo enseñan aquellas competencias necesarias para la formación en la universidad. En cambio, los que deciden ir por el camino laboral o formación profesional, la mayoría de estas competencias no les serán de gran utilidad. Actualmente, hay un sistema de enseñanza tradicional que se intenta modificar para que la tecnología también intervenga en ella. Hay un sistema escolar de carácter propedeútico, el aprendizaje solo tiene sentido por el currículum y en función a las etapas; y de carácter selectivo, los que mejores notas sacan son los que pueden elegir varios caminos y los que pueden acceder a la universidad, pero si suspendes solo tienes un camino. También, quieren sustituir la función propedeútica por la función orientadora, es decir, en vez de haber selección de los “mejores” , formar alumnos para el desarrollo de la vida diaria y que puedan ejercer de forma eficaz su profesión en diferentes niveles.
El sistema de aprendizaje se divide por etapas y cada etapa enseña unos conocimientos básicos para poder acceder y afrontar a una etapa superior. Por añadidura, decir que tanto el sistema de calificación como los requisitos de evaluación han ido mejorando a lo largo del tiempo.
En
conclusión, la enseñanza ha ido evolucionando y decir que la formación del
alumno es responsabilidad tanto de la escuela como de la familia ya que
ambos intervienen para conseguir un
mismo objetivo.
Marta Campillo Cuélliga.
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